Pasar a un bol y dejar atemperar hasta que endurezca lo suficiente para permitir hacer las trufas al por mayor. 6, de medio de ataque", añadiendo que "si me hubieran dejado jugar allí no habría tenido inconveniente en incluirme en una selección mundial de todos los tiempos; y te lo digo sinceramente, sin pedantería ni falsa modestia". En d?(C)cadas posteriores hemos visto otros notables extremos izquierdos del mismo corte, prófugos del carril, pero Carlos siempre constará como el "inventor" de esa posición, como me dijo que se lo reconocía el ex seleccionador Javier Clemente. Lapetra no solo fue el alma de aquel equipo de ensueño llamado de Los Magníficos: tambi?(C)n, la continuación del entrenador en el terreno de juego. Dotado de una t?(C)cnica innata y de una gran elegancia, era el arquitecto de una bella obra futbolística, el director de una afinada orquesta, alrededor del cual encajaban las demás piezas y solistas. Es en presente uno de los futbolistas españoles más talentosos de la historia. Además, a sus excepcionales condiciones t?(C)cnicas sumaba otras virtudes físicas, como su potencia, gracias a su desarrollado tren inferior, que le permitía mantener un buen tranco en carrera a pesar de que no era veloz, y un estimable disparo. Nunca tuvo un buen remate de cabeza, ni falta que le hizo: solo la usaba para pensar Marcó tambi?(C)n un estilo fuera del campo, donde su formación universitaria, su pelo largo inusual para la ?(C)poca y sus coches deportivos eran motivo de admiración. Siempre fue un hombre de fuerte personalidad, demostrada, por ejemplo, al exigir en sus contratos con el Zaragoza vivir en Huesca, donde se ocupaba ocasionalmente de las tierras de su familia. Además, le encantaba conducir cada día para acudir a los entrenamientos; tanto, que todo Huesca sabía que los 70 kilómetros que entonces separaban las dos ciudades eran más cortos si se hacían a bordo del descapotable de Carlos Lapetra.
RECONOCIMIENTOS
El partido contra Alemania en el Mundial de Inglaterra de 1966. De pie: Iríbar, Sanchís, Reija, Gallego, Zoco, Glaría; agachados: Amancio, Adelardo, Marcelino, Fust?(C), Lapetra.
rechazó ofertas del Real Madrid, Barcelona e Inter de Milán por no abandonar su tierra y su club. En cambio, la Federación Aragonesa de Fútbol le rindió un homenaje, en el campo del Alcoraz de Huesca, el 1 de noviembre de 1972. Posteriormente, y en diferentes etapas, fue secretario t?(C)cnico de la Sociedad Deportiva Huesca y asesor de la Selección española. Televisión Española tambi?(C)n acudió a su juicio ponderado y sabio magisterio, contratándolo como comentarista t?(C)cnico del Mundial de Italia 90. Hizo el saque de honor en el homenaje a Los Magníficos, en una Romareda abarrotada, el 23 de abril de 1993. Y el Zaragoza, al fin, puso su nombre en los últimos años a su trofeo veraniego Ciudad de Zaragoza. Estaba en posesión de la Medalla al M?(C)rito Deportivo concedida por el Consejo de Ministros. Y aprovechando que el Ebro pasa por Zaragoza, me voy a quedar a gusto. El Ayuntamiento zaragozano ha cambiado la nominación de muchas calles por mor de la ley de la Memoria Histórica, lo que, sencillamente, no me parece. Lo que sí me parece es que muchos de los nuevos nombres son una aut?(C)ntica mamarrachada, cuando hay tantos aragoneses dignos de recibir ese honor. Señores próceres de la Inmortal: ¿Esa es toda su imaginación y devoción? ¿No merecía ya antes una calle Carlos Lapetra? ¿Ni siquiera la merece ahora? Sean sensatos, mu?(C)strense elegantes y arreglen la injusticia, porque ese pequeño andador en Santa Isabel, dedicado gracias a la petición del barrio, no es suficiente.
LA FAMILIA Y REGRESO A ZARAGOZA Carlos Lapetra contrajo matrimonio con la zaragozana Clara Lor?(C)n Berdusán, una bellísima azafata de vuelo, en el monasterio viejo de San Juan de la Peña, en 1968. De ?(C)l nacieron Christian (1970), Carlota (1971) y Clara (1977), los tres en Zaragoza, porque el abuelo materno, Santiago Lor?(C)n, era ginecólogo de la Clínica del Pilar de esa ciudad, donde asistió los partos.
la trufa blanca de alba
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